Disfrutar de la ciudad a través de un vidrio opalizado es una experiencia única y emocionante.
El vidrio opalizado tiene una textura y tonalidad diferente a los vidrios convencionales, lo que hace que la luz que entra sea filtrada de manera especial, creando un ambiente cálido y misterioso.
Un baño, discretamente integrado en con un enorme vidrio opalizado que permite a la altura de los ojos la transparencia, para que el bañista pueda disfrutar de la vista de la ciudad.
Es una especie de baño romano–, con dos salidas de agua diferentes para que, si la pareja se baña al mismo tiempo, cada uno pueda graduar el agua a la temperatura que le gusta. Y desde la habitación sólo se ven las sombras, el perfil sensual: aquí los límites entre lo privado y lo sensual se confunden.
La ciudad a través de este vidrio.
Los colores y contornos de los edificios y calles parecen distorsionarse y mezclarse, dando una sensación de estar en un mundo paralelo. Además, el vidrio opalizado suele tener un efecto difusor que ayuda a reducir el reflejo y los rayos UV, lo que permite disfrutar de las vistas de la ciudad de manera más cómoda. En resumen, ver la ciudad a través de un vidrio opalizado es una forma de experimentar la belleza de la ciudad de una manera diferente y única.
De esta manera se cumple de nuevo el paradigma; discretas transiciones entre lo público y lo privado e integración del interior con el exterior, que es posible aprovechar incluso en los climas fríos que se internan en una casa para darle nueva vida a ese lugar.